Hubo un tiempo en el que hacer vino lejos de Mendoza era impensado. Desde sus orígenes, a mediados del siglo XVI, y por largos años, la producción vitivinícola argentina se mantuvo reducida casi exclusivamente a la región de Cuyo.



Es más bien reciente la proliferación de viñedos en territorio bonaerense y se calcula que hoy existen 200 hectáreas destinadas a la actividad. En esa geografía poco convencional y de naturaleza desafiante se inscribe Bodega Gamboa.
El proyecto nace en 2012 a 70 kilómetros de la capital federal, entre Cardales y Campana. Su creador, el empresario santafecino Eduardo Tuite, es la cabeza y el corazón en este emprendimiento que retoma parte de su historia familiar vinculada a la agricultura. Con la templanza moldeada por el campo y el asesoramiento de los mejores expertos, ha logrado superar adversidades hasta llegar a consolidarse entre los principales promotores del sector. Y la apuesta continúa…
VINIFICACIÓN OCEÁNICA
Si bien la vid es una planta versátil que puede prosperar en una gran variedad de suelos, la calidad de la tierra es fundamental porque define la identidad y el carácter de un vino.
En la exploración de terruños singulares con potencial para ofrecer alternativas de cultivo y diversidad de cepas, Gamboa arriba a General Madariaga con una inversión de 500 mil dólares para emprender su nueva aventura: 35 hectáreas de campo que albergarán la viña y sus derivados. El complejo promete espacio para eventos y experiencias gastronómicas, restaurante de alta cocina, lodges de alojamiento temporal y hasta un loteo para la construcción de casas que estarán inmersas en un paisaje extraordinario a escasos kilómetros de los balnearios más exclusivos.
Siempre de la mano de la prestigiosa Ingeniera Gabriela Celeste y del winemaker Gerardo Pereyra, la bodega busca desarrollar una propuesta enoturística distinta y de jerarquía, que ahora incluye también la elaboración de vinos con aire de mar.
EL SUEÑO DEL VINO PROPIO
Ser socio a cargo de una parcela, seguir de cerca el ciclo de crecimiento de la uva y participar del proceso laborioso que hay detrás de una botella de vino: todo eso es posible gracias a Mi finca Gamboa.

Guiado por los especialistas de la bodega, este sistema de propiedad fraccionada permite concretar el anhelo de muchos amantes del mundo vitivinícola, que aprenden, comparten y disfrutan en cada etapa desde la cosecha hasta el etiquetado.
DATOS QUE CUENTAN
El Master of Wine británico Tim Atkin otorgó este año 94 puntos sobre 100 a la cosecha 2022 de su Pinot Noir.
En 5 hectáreas de suelo franco arcilloso, Gamboa cultiva una gran variedad de cepas entre las que se destacan Cabernet Franc, Pinot Noir, Malbec, Pinot Gris y Semillón.
Utiliza métodos agrícolas conscientes y prácticas respetuosas del medio ambiente que armonizan con tecnología de última generación.
Es una bodega Estate, lo que significa que controla con precisión el proceso entero de producción de uvas, atendiendo los niveles de maduración y el rendimiento. De esta manera, la frescura y la calidad del producto final están garantizadas.
